Letra:Atahualpa Yupanqui - Música:Atahualpa Yupanqui
Me gusta de vez en cuando Perderme en un bordoneo, Porque bordoneando veo Que ni yo mismo me mando. Las cuerdas van ordenando Los rumbos del pensamiento, Y en el trotecito lento De una milonga campera Va saliendo campo afuera, Lo mejor del sentimiento. Ninguno debe pensar Que vengo en son de revancha, No es mi culpa si en la cancha Tengo con qué galopar. El que me quiera ganar, Ha ‘i tener buen parejero, Yo me quitaré el sombrero, Porque así me han enseña’o Y me doy por bien paga’o Dentrando atrás del primero. Siempre bajito he canta’o Porque gritando no me hallo –grito al montar a caballo Si en la caña me he bandea’o Pero tratando un versea’o A’nde se cuenten quebrantos, Apenas mi voz levanto Para cantar despacito, Que el que se larga a los gritos No escucha su propio canto. Si la muerte traicionera Me acogota a su palenque, Háganme con dos rebenques La cruz pa’ mi cabecera; Si muero en mi madriguera Mirando los horizontes, No quiero cruces ni aprontes, Ni encargos para el Eterno, Tal vez pasando el invierno Me dé sus flores el monte. Toda la noche he cantado Con el alma estremecida, Que el canto es la abierta herida De un sentimiento sagrado, A naides tengo a mi lado Porque no buscó piedad, Desprecio la caridad Por la vergüenza que encierra; Soy como el león de las sierras, Vivo y muero en soledad.
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