por Pedro Conde
Blanca es el ser mas joven y luminoso que me brinda su amistad en el túnel...
Figura 1: Marcelo Carpita
Tres cuartos de siglo acaba de cumplir.
Pero a excepción de las arrugas, Blanca es el ser mas joven y luminoso que me brinda su amistad en el túnel.
Como tantos otros, ella se detiene para darme un beso y preguntarme por mis cosas, pues lo que hablamos queda registrado en su memoria y así, sin querer vamos armando el rompecabezas de la vida de cada uno, desordenadamente.
Su infancia en Paraná, el precio del tomate, el aumento de las expensas, "...teneme la viola que tengo que ir al baño" o simplemente su cara de circunstancia mientras pasa la gente y yo continúo tocando.
Está sola.
Dice que de joven tenía muchos pretendientes, pero que por una cosa o por otra no le vino bien ninguno y la edad la sorprendió sin otra compañía que su trabajo cotidiano y su departamentito de Belgrano comprado a base de mate y galletas durante años.
Por eso se aferra a nuestra amistad como un náufrago en ese mar de gente que "sabe a dónde va". Y tiene tiempo. Ese tiempo no programado que nos brinda mayor espacio para la sorpresa.
Cree que Internet es algo imposible de entender para alguien de su edad.
Por eso me empeñé en que aprendiera y una vez por semana largo la parada una hora para enseñarle en un ciber cercano.
Es hermoso verla luchar contra los íconos, las claves y la lógica que implica su funcionamiento, mientras va diciendo que no sirve para eso.
Hace unos días me envió un mail sin mi ayuda.
Obtener este artículo en formato Adobe Acrobat©